En invierno el frío congestiona la piel, por lo que ésta necesita más protección. Además de abrigar la piel con ropa y calzado adecuado, en lo que se refiere a la cosmética lo más conveniente es utilizar una crema hidratante de día, rica y oclusiva, que contenga un factor de protección alto, en su defecto, aplicar un fotoprotector encima. Para ello podemos recurrir a Golden Caresse de Germaine de Capuccini una leche solar para el rostro y cuerpo, de textura suave y agradable, que combina perfectamente la alta protección de UVA/UVB (40 SPF), con el cuidado especial que necesitan las pieles delicadas ante la exposición solar. Minimiza su estrés y refuerza el sistema natural de defensa, disminuyendo su sensibilidad tópica, gracias a la asociación de un fotoprotector biológico y al extracto de avena. En la nieve éste es absolutamente imprescindible, ya que los rayos solares se ven amplificados por su reflejo en la nieve y los ultravioletas inciden en la piel a pesar de que el día esté nublado.
La protección solar debe ser especialmente cuidadosa en zonas como la nariz, las orejas y los pómulos. Al ser los puntos más prominentes son los primeros que se queman cuando se pasea o, especialmente, se esquía bajo el sol, por lo que es adecuado utilizar fotoprotectores específicos para zonas delicadas. Otra zona muy sensible es el contorno de los ojos y lo mismo ocurre con los labios, que en invierno se secan y deshidratan con facilidad, provocando grietas y fisuras que pueden llegar a sangrar y ser dolorosas. Es imprescindible utilizar un protector labial y reaplicarlo a menudo, así como evitar mojar los labios con saliva, ya que sólo se consigue humedecerlos y con ello se aumenta su permeabilidad y favorece la evaporación, deshidratándose aún más. Para el cuidado de todas estas zonas no hay nada mejor que el stick que nos proporciona Golden Caresse, con una protección de 50 SPF. Además contiene vitamina E que actúa como barrera para los radicales libres. Su formato en barra, permite una rápida, cómoda y sencilla aplicación en cualquier momento y en cualquier lugar ya que si estás esquiando lo puedes llevar en el bolsillo de la chaqueta y usarlo cuantas veces desees. Proporciona un resultado perfecto para aquellas personas que practican deporte al aire libre y en situaciones en que la radiación solar es muy intensa. Su textura es suave y confortable con un tono muy natural.
Al llegar a casa hay que calmar las posibles rojeces e irritaciones causadas por el frío y el sol con una crema, gel o bálsamo hidratante adecuado y, de noche, utilizar una crema nutritiva que repare los posibles daños. Nutrir es muy conveniente en zonas como, por ejemplo, las manos y los pies, que sufren también de sequedad y grietas provocadas por los cambios bruscos de temperatura entre el interior y el exterior, así como por el calzado oclusivo y, en el caso de las manos, la exposición al frío y el aire. Para nutrir nuestro cuerpo son geniales las mantecas corporales de The Body Shop que además dejan un olor verdaderamente agradable. Para luchar contra las rojeces lo mejor es confiar en Aquaterm S.O.S. Antirojeces de Skeyndor. Se trata de un sérum balsámico que alivia de forma rápida frente a tirantez y rojeces puntuales de pieles sensibles.
Enriquecido con extractos de plantas que ayudan a mejorar el aspecto de la cuperosis y el rubor persistente. Su completa formulación refuerza y favorece la normalización de las pieles más reactivas, ayudando a la piel a adaptarse ante cambios climáticos y agresiones ambientales.
